Abordamos de manera
especial el tema del tabaquismo.
Se trata de un grave
problema de salud en toda América Latina.
Los jóvenes de 15
años y aún menores de esa edad, se hacen adictos a la nicotina, fáciles presas
de la publicidad de las compañías tabacaleras, de la presión de sus pares, del
mal ejemplo en sus hogares –padres fumadores—y de la carencia de programas
eficientes que combatan este vicio.
En América Latina
sigue siendo prevalente la adicción al tabaco en los hombres, siendo
porcentualmente algo menor en las mujeres. No obstante esta es una tendencia
que podría llegar a revertirse en próximos años, en tanto que la mujer con
escasa educación es más proclive a hacerse adicta al tabaco.
Consecuentes con esta
realidad, dedicamos especialmente este número al tema del tabaquismo, la
realidad en cifras, sus nefastas consecuencias, y los consejos útiles para
dejar de fumar.
Este es el
extracto de un estudio realizado por expertos pertenecientes a la Organización
Panamericana de la Salud, que da cuenta del panorama general que presenta América Latina, haciendo la salvedad de que este estudio es
anterior a la experiencia uruguaya. Nos hemos permitido subrayar ciertos
párrafos cuyo contenido consideramos relevante.
El consumo
de sustancias adictivas en las Américas
Autores: Peruga, A. -
Rincón, A. – Selin, H.
Organización Panamericana de la
Salud
Enviar correspondencia:
Armando Peruga. Asesor Regional de
Tabaco, Alcohol y Drogas. Programa de Salud Mental. 525 23rd St. NW Rm 822. Washington
DC 20037 (EEUU)
Algunas
sustancias adictivas en las Américas se
han
producido y consumido desde tiempos
inmemoriales.
La hoja del tabaco y la de coca
son clásicos
ejemplos de ello. Sin embargo, hasta
épocas
recientes su consumo nunca tuvo repercusio-
nes de salud
pública especialmente serias. Hoy en
día, el
consumo de tabaco, alcohol y otras drogas
está ligado
a cerca de una cuarta parte de las defun-
ciones
anuales que se producen en esta región del
mundo. En
las líneas que siguen se pretende estable-
cer un
panorama del consumo de dichas sustancias y
sus
consecuencias para la salud de los americanos,
sean estos
del norte, centro o del sur de este conti-
nente.
RESUMEN
El consumo
de tabaco, alcohol y otras drogas está ligado a
cerca de una
cuarta parte de las defunciones anuales que se
producen en
las Américas. En el Cono Sur de América Latina, a
los 15 años
de edad ya fuma cerca del 40% de los jóvenes y la
gran mayoría
respira en casa el aire contaminado por el humo
de tabaco de
los demás.
En América
Latina cada persona con-
sume en
promedio 6 kilos de alcohol puro por año, lo que cons-
tituye la
cifra más alta del mundo menos desarrollado. Aunque
los datos sobre
el consumo de drogas ilegales no son abundan-
tes sabemos
que la marihuana es la droga que mayor propor-
ción de la
población consume. Se estima que 45 millones de
ciudadanos
de las Américas la consumen. Si bien la carga de
enfermedad
que genera el consumo de drogas ilegales no llega
a la
magnitud de la ocasionada por las drogas legales, las con-
secuencias
sociales son mucho mayores.
Las
respuestas de los países de las Américas al consumo
de
sustancias adictivas han sido insuficientes. Los principales
desafíos
para el control del tabaquismo y del uso de alcohol en
las Américas
son dos: disminuir la asequibilidad de los produc-
tos y evitar
la exposición de la población a las prácticas comer-
ciales de
promoción de los productos de las industrias
tabacalera y
alcoholera. Además, en el caso del tabaco, hay que
proteger a
los no fumadores del humo de los demás.
En el caso
de las sustancias ilegales, los resultados hasta
ahora de un
enfoque orientado al control de la oferta han sido
limitados.
El desafío es hacer hincapié en el control de la
demanda,
mediante intervenciones de prevención, desintoxica-
ción,
tratamiento y rehabilitación, así como de reducción de
daño.
Algunas
sustancias adictivas en las Américas se
han
producido y consumido desde tiempos
inmemoriales.
La hoja del tabaco y la de coca
son clásicos
ejemplos de ello. Sin embargo, hasta
épocas
recientes su consumo nunca tuvo repercusio-
nes de salud
pública especialmente serias.
Hoy en día,
el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas
está ligado
a cerca de una cuarta parte de las defun-
ciones
anuales que se producen en esta región del
mundo. En las líneas que siguen se
pretende estable-
cer un
panorama del consumo de dichas sustancias y
sus
consecuencias para la salud de los americanos,
sean estos
del norte, centro o del sur de este conti-
nente
TABACO
Mortalidad atribuible al consumo de
tabaco
El consumo
de tabaco es la principal causa de
muerte
evitable en las Américas y en el mundo. Más
de un millón
de personas mueren por consumir taba-
co cada año
en las Américas, de los cuales 46% son
mujeres. El
Cuadro 1 muestra la mortalidad promedio
anual
atribuible al tabaquismo en esta región corres-
odo para el
que existe la información de mortalidad
más completa
y actualizada para el conjunto de la
región como
para hacer una estimación confiable. La
mitad de
este millón de defunciones ocurre en Améri-
ca Latina.
Las defunciones atribuibles al tabaquismo
del Cono Sur
representan un cuarto de todas las
muertes
estimadas de esta subregión, seguida de
Norteamérica
(23,5%) y Brasil (18,8%). Comparado
con un
estudio anterior la
proporción de muertes cau-
sadas por el
consumo del tabaco ha aumentado sus-
tancialmente,
si bien las cifras no son totalmente
comparables
debido a ligeras diferencias en la meto-
dología
utilizada.
La Prevalencia del Tabaquismo
Las tasas de
tabaquismo varían mucho en la
Región de las
Américas, registrándose las más altas
en los
países del Cono Sur, en particular Chile y
Argentina
[alrededor de 45% de los hombres y 35%
de las
mujeres] y las más bajas en algunos países del
Caribe.
Los datos de
tendencia existentes indican
que Canadá y
Estados Unidos han mostrado reduccio-
nes
importantes y sostenidas de la prevalencia de
tabaquismo.
La
prevalencia de tabaquismo de la
mayoría de
los demás países de las Américas han per-
manecido
relativamente estables con algunas excep-
ciones.
La adicción
al tabaco empieza generalmente en la
adolescencia.
En la mayoría de los países de las Amé-
ricas, más
del 70% de los fumadores comenzaron a
fumar antes
de los 18 años. De hecho una proporción
importante
de jóvenes fuma antes de cumplir los 18
años.
Recientemente
un encuesta mundial ha permiti-
do comparar
por primera vez en América Latina y el
Caribe, las
actitudes, el conocimiento y el comporta-
miento de
los jóvenes en lo referente al uso del taba-
co. Es
también la primera vez que datos comparables
a nivel
mundial y útiles para la toma de decisión en
políticas
estarán disponibles sobre el mercado clave
de la
industria tabacalera: los nuevos consumidores,
casi
exclusivamente jóvenes, que reemplazarán a los
fumadores
que mueren o dejan de fumar, para mante-
ner o aun
aumentar las ganancias de la empresa taba-
calera.
Al final del
2000, un total de 111 países y
territorios
del mundo tenían resultados disponibles o
estaban
aplicando la encuesta, entre estos 13 países
latinoamericanos
y 18 países del Caribe de habla inglesa.
El Cuadro 2
presenta los datos de las Américas
disponibles
de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en
Jóvenes.
Entre el 15 y el 30% de los jóvenes de 13 a
15 años de
la mayoría de los países de América Latina
consumían
tabaco en el momento de la encuesta. Al
igual que en
los adultos, las prevalencias más altas se
observan en
el Cono Sur. En el Caribe las cifras son
más bajas,
variando entre el 13 y 21%.
La mayoría
de los jóvenes que comienzan a fumar se convertirán en
fumadores
empedernidos a pesar de querer dejar de
fumar. En
muchos países, más de dos tercios de los
adolescentes
fumadores intentaron dejar de fumar
infructuosamente,
debido a la adicción a la nicotina.
Desafíos para la prevención de los
problemas rela-
cionados con el consumo del tabaco
Los
principales desafíos para el control del taba-
quismo en
las Américas son tres: disminuir la asequi-
bilidad de
los productos tabacaleros, evitar la
exposición
de la población a las prácticas comerciales
de promoción
de los productos de la industria tabaca-
lera y
proteger a los no fumadores de del humo de los
demás.
En algunos
países como Argentina y Chile,
entre el 60
y el 70% de los jóvenes entre 13 y 15%
respiran a
diario en su casa el humo de los fumado-
res. Estas
cifras alcanzan valores de cerca del 90%
cuando se
mide la exposición en cualquier ámbito de
la vida
diaria de estos jóvenes.
Sólo tres
países de las Américas tienen restriccio-
nes amplias
de la publicidad y patrocinio de los pro-
ductos
tabacaleros: Canadá, Cuba y Brasil.[este
estudio
es anterior a la experiencia
uruguaya] Como dato
de
ilustrativo de la agresividad del marketing de los
productos
tabacaleros, se sabe que entre un 10 y
15% de los
jóvenes latinoamericanos de 13 a 15 años
de edad han
recibido ofertas directas de cigarrillos gra-
tis por
personas que trabajan para la industria tabaca-
lera, a
pesar de que formalmente la propia industria
dice no
perseguir el mercado que representa los jóve-
nes de estas
edades.
Finalmente,
la asequibilidad de los productos tabá-
quicos es
otra gran preocupación. Mientras que los
son mas
asequibles que el tabaco, en los países
menos
desarrollados, incluidos todos los de América
Latina,
ocurre lo contrario. Como ejemplo comparativo
se cita los
precios de Marlboro y el Big Mac. Mientras que en
Estados Unidos, Canadá o Suecia, el paquete
de Marlboro
es 2 y 3 veces más caro que un Big Mac,
En la gran
mayoría de los países de América Latina es
el Big Mac
es que es dos y tres veces más caro que
el Marlboro.
[Fuente: OMS/OPS]
[Fuente: OMS/OPS]
Este es un documento muy importante. Se trata del elaborado por médicos uruguayos, que les mereciera obtener el Gran Premio Nacional de Medicina, otorgado por la Academia Nacional de Medicina de ese país. Este estudio da cuenta de la aplicación y resultados obtenidos derivados de una política antitabáquica desarrollada por el gobierno del Uruguay.
Agradecemos en especial a la Dra. Elba Estéves Di Carlo, --una de las co-autoras-- la gentileza de habernos hecho llegar este documento.
ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA
GRAN PREMIO
NACIONAL DE MEDICINA
IMPACTO DE LAS
POLÍTICAS DE CONTROL DE TABACO EN EL URUGUAY. 2006 - 2009 PROGRAMA NACIONAL DE
CONTROL DEL TABACO
Autores
Dr. Winston Abascal. Doctor en Medicina. Director del
Programa Nacional para Control del Tabaco. Ministerio de Salud Pública.
Uruguay.
Dra. Elba
Esteves. Doctor en Medicina. Programa de Tratamiento de Tabaquismo del FNR.
Fondo Nacional de Recursos. Uruguay.
Dra. Beatriz Goja. Doctor en Medicina. Profesora
Agregada de Clínica Médica, Facultad de Medicina. Universidad de la República.
Uruguay.
Lic. Soc. Franco González. Licenciado en Sociología.
Asistente. Departamento de Medicina Preventiva y Social, Facultad de Medicina.
Universidad de la República. Uruguay.
Dra. Ana Lorenzo. Doctor en Medicina. Asesor Técnico
del Programa Nacional para Control del Tabaco, Ministerio de Salud Pública.
Uruguay.
Ps. Soc. Amanda Sica. Psicóloga Social. Asesor Técnico
y Coodinador Docente del Área de Capacitación Técnico Profesional, Comisión
Honoraria de Lucha Contra el Cáncer. Uruguay
Resumen La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el
consumo de tabaco como una de las principales causas prevenibles de muerte
prematura y enfermedad. Por lo tanto, el consumo de tabaco representa un grave
problema de salud pública. Como consecuencia las políticas de control de tabaco
adquieren una dimensión que las transforman en una política de estado dado el
impacto sobre la salud de toda la población. En Uruguay a partir de 2005 se
implementó un paquete de medidas para el control del tabaco. Se evaluó el
cambio en la prevalencia del consumo de tabaco entre los años 2006 y 2009, a
través de encuestas comparables. Se analizaron los resultados globales y por
grupos. Se encontró una importante disminución del 29.9% en la prevalencia. El
descenso analizado según sexo, edad y nivel educativo no fue uniforme. Los
resultados sugieren que la aplicación simultánea del conjunto de medidas
establecidas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco
constituyen una estrategia efectiva para disminuir la prevalencia de consumo de
tabaco en un corto período de tiempo.
Las políticas de
salud pública, en conjunto con medidas económicas y de desarrollo social,
tienen un enorme potencial en lo que se refiere a garantizar la salud de la
población(1). La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el consumo de
tabaco como una de las principales causas prevenibles de muerte prematura y
enfermedad. La epidemia mundial de tabaquismo mata a cerca de 6 millones de
personas cada año, de las cuales más de 600.000 son no fumadores expuestos al
humo de tabaco ajeno(2). A menos que se implementen políticas efectivas para su
control, el tabaco matará cerca de 8 millones de personas en 2030, de las
cuales más del 80% vivirá en países de bajos y medianos ingresos(2).
Con el objetivo de
disminuir la carga global de enfermedad y muerte y proteger a las generaciones
presentes y futuras de las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales,
ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo de
segunda mano, la OMS promovió el Convenio Marco para el Control del Tabaco
(CMCT)(3), alentando a los países a adherir a sus principios y poner en
práctica las medidas incluidas en el mismo. El CMCT incluye las medidas que han
demostrado ser probadamente efectivas en el control de esta epidemia.
En Uruguay se estima
que mueren más de 5.000 personas cada año por esta causa, fundamentalmente
debido a enfermedades cardiovasculares y cáncer, más de 600 muertes se producen
en no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno(4). Dado que el consumo de
tabaco se encuentra asociado con las dos principales causas de muerte en
Uruguay, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer(5), su control
constituye una medida de salud pública de fundamental importancia. El consumo
de tabaco representa un grave problema de salud pública que afecta los
diferentes grupos etarios y los distintos sectores socioeconómicos y culturales
de la población. Como consecuencia la política de control de tabaco adquiere
una dimensión que la transforma en una política de estado dado su impacto sobre
la salud de toda la población.
A partir del año 2000
en Uruguay las organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil,
comenzaron a trabajar en forma coordinada por la ratificación y posterior
implementación del CMCT. Uruguay ratificó el CMCT de la OMS en setiembre de
2004(6) y comenzó a implementar las medidas contenidas en el mismo. En el año
2005 se creó el Programa Nacional para Control del Tabaco, como punto focal, en
el ámbito del Ministerio de Salud Pública (MSP).
A partir de 2005, de
acuerdo a las recomendaciones del CMCT, se implementaron casi simultáneamente
diversas medidas, que se encuentran reunidas en la ley integral para el control
del tabaco, aprobada en marzo de 2008 (7). De esta forma, Uruguay se ha
convertido en uno de los líderes mundiales en el proceso de control del tabaco.
(Anexo 1)
Se realizó un estudio
comparativo de prevalencia de consumo de tabaco en población de 15 a 64 años
entre 2006 y 2009, período en que se implementaron las principales medidas de
control de tabaco en el Uruguay.
El 1° de marzo de 2006 se estableció que todo
local cerrado de uso público y toda área laboral pública o privada debían ser
100% libres de humo de tabaco. (Anexo 2)
Se aplicó un aumento sistemático de los precios
a través de un aumento de los impuestos. (Anexo 3)
Se prohibió todo tipo de publicidad, promoción
y patrocinio, salvo la publicidad en el interior de los puntos de venta bajo
ciertas condiciones reglamentarias.
Se
estableció la inclusión del diagnóstico y tratamiento de la dependencia al
tabaco en todos los servicios de salud del país en el Primer Nivel de Atención,
con obligatoriedad de poner en práctica las recomendaciones establecidas en la
Guía Nacional para el Abordaje del Tabaquismo. (Anexo 5)
DISCUSIÓN
El consumo de
tabaco es un fenómeno multicausal y tiene consecuencias en el plano sanitario,
económico y social. Por lo tanto, la respuesta desde las políticas públicas,
tal como lo establece el CMCT(3) debe abarcar un conjunto de medidas que
involucren las distintas áreas.
Durante más
de una década en Uruguay, la prevalencia del consumo de tabaco se mantuvo casi
constante, de acuerdo a las cuatro ENHSCD realizadas entre 1994 y 2006 por la
Junta Nacional de Drogas(8,10-12) y a la 1ª Encuesta Nacional de Factores de
Riesgo de Enfermedades Crónicas No Trasmisibles de 2006 (STEPS)(13).
A partir de
2005 Uruguay puso en práctica una fuerte política de control del tabaco que se
tradujo en un paquete integral de medidas. El eje central fue la implementación
de los ambientes libres de humo de tabaco, medida que determina un cambio en la
visión que la sociedad tiene del tabaquismo, ya que desnormaliza la conducta de
fumar. Además desestimula el inicio del consumo, disminuye su magnitud y
estimula los intentos de cesación. Fue clave en este proceso, el trabajo
conjunto de instituciones gubernamentales y no gubernamentales, coordinando sus
actividades en permanente diálogo con los distintos actores de la comunidad Este proceso estuvo apoyado por campañas
informativas antes, durante y después de la entrada en vigencia de la norma.
A esta
normativa se sumó la implementación de otras medidas como las advertencias
sanitarias, la prohibición amplia de la publicidad, promoción y patrocinio, el
aumento de precios a través del aumento de impuestos y la incorporación del
tratamiento gratuito de la dependencia al tabaco, que además de tener su propio
impacto aportaron al contexto que condujo al cambio en la percepción social del
consumo de tabaco y del riesgo de esta conducta.
Diversos
autores(14-19) analizaron el impacto sobre los índices de consumo, que cada
medida de control de tabaco tiene cuando se aplica aisladamente.
La medida
aislada más eficaz para disminuir la prevalencia, desestimular el inicio en los
jóvenes y reducir el consumo de tabaco particularmente en la población
carenciada es el aumento de precios. Un 10% de incremento en el precio del
tabaco disminuye un 4% la prevalencia de consumo en los países de altos
ingresos y más del 8% en los de medios y bajos ingresos(14,15).
La
prohibición de fumar en todos los lugares públicos cerrados, además de proteger
de la exposición al humo de segunda mano, promueve la cesación del consumo en
los fumadores y estimula a la población a transformar sus hogares en ambientes
libres de humo(15). Se ha estimado que esta medida logró una disminución de 4 a
10% en el consumo de tabaco en Estados Unidos(14). Además del impacto en la
población adulta, se ha comprobado que reduce entre un 33 y un 86% la
transición del consumo experimental a consumo diario en jóvenes(18).
Hay evidencia
que un aumento significativo en los precios de los productos del tabaco y la
prohibición de fumar en los ambientes públicos cerrados, son los pilares en la
reducción de las tasas de consumo de tabaco(18).
La
prohibición amplia de la publicidad, promoción y patrocinio de productos de
tabaco puede disminuir el consumo alrededor del 7% independientemente de otras
intervenciones; en algunos países llegó a más del 16%(15). Estudios realizados
en diversos países mostraron que los mayores descensos del consumo se dieron en
los que tenían prohibiciones amplias de la publicidad con respecto a aquellos
con prohibiciones parciales (14).
Diversas
investigaciones realizadas en Canadá, Australia, Brasil y otros países,
demuestran que las advertencias sanitarias que ocupan al menos 50% de la
superficie de la cajilla, y con información específica sobre hechos de fuerte
impacto, llevan a que 25 a 38% de los fumadores realicen un intento de abandono
o reduzcan el consumo y previene el inicio en los jóvenes(14,15). En Uruguay el
44.6% de los fumadores pensaron en dejar de fumar debido a las advertencias
sanitarias en las cajillas de cigarrillos(9).
Los programas
de tratamiento de tabaquismo son más efectivos como parte de un programa
integral de control del tabaco y pueden aumentar los intentos de cesación entre
un 5 y un 25% dependiendo de la amplitud de la financiación(15). En Uruguay, el
acceso a los servicios de cesación y a la medicación fue universal y gratuito
en el período estudiado.
Las campañas de
medios masivos de comunicación son más efectivas si se acompañan
simultáneamente de un aumento de precios y ambientes libres de humo de tabaco.
Por otro lado, su efectividad es mayor cuando el conocimiento
de la población sobre los daños que provoca el tabaco es escaso(14,15), son
mantenidas en el tiempo y están dirigidas a diferentes grupos sociodemográficos
y étnicos(15).
Existen publicaciones
que avalan que el conjunto de las medidas aplicadas simultáneamente actúan en
forma sinérgica, entre ellas el Informe del Cirujano General de Estados Unidos
(2000)(20), el trabajo de Guindon y Boisclair(21) y del Instituto de Medicina
de Estados Unidos(22).
Múltiples estudios,
entre los que se encuentra un informe de los Centros de Control y Prevención de
Enfermedades (CDC) del año 2010, han demostrado que la implementación de
programas integrales de control del tabaco, tienen mayor impacto en la
reducción de la prevalencia del tabaquismo en adultos y jóvenes, en comparación
con programas parciales(23-27). La sinergia creada por intervenciones múltiples
es capaz de producir mayores reducciones en la prevalencia del consumo de
tabaco que cada una de las medidas en forma aislada(15).
En Massachusetts, la
combinación de campañas de medios masivos, aumento de impuestos y otras medidas
asociadas, lograron una disminución de la prevalencia en adultos de 1.8% anual
entre 1989 y 1999(28). El Estudio Americano de Intervención para Dejar de Fuma
(ASSIST) de Estados Unidos realizado entre 1993 y 1999, en 17 estados, mostró
una disminución en la prevalencia de tabaquismo en adultos de 2.1% anual(29).
Australia, con una fuerte política de control de tabaco logró una disminución
de prevalencia de consumo en adultos de 1.3% anual entre 2001 y 2007(30).
Si bien otros países
en el mundo con fuertes políticas de control del tabaco han logrado un descenso
sustancial de la prevalencia, esto se dio en un lapso sensiblemente mayor al
transcurrido en Uruguay. La comparación entre la encuesta ENHSCD-2006 y la
encuesta GATS-2009 permitió demostrar el importante impacto en Uruguay de la
implementación casi simultánea del conjunto de las medidas adoptadas, sobre la
prevalencia de fumadores en el período estudiado.
Encuestas
previas de cobertura nacional realizadas con anterioridad al periodo de estudio
mostraban una prevalencia de fumadores diarios que se mantuvo estable entre los
años 2001 y 2006(8,12). La medición en el año 2009 mostró que la prevalencia de
fumadores diarios en la población de 15 a 64 años descendió del 33.5% en 2006
al 23.5% en 2009, lo que significó un descenso de 29.9% o 10 puntos
porcentuales, en 3 años. Esta disminución evidenció un impacto rápido y de gran
magnitud de las políticas de control de tabaco, en la prevalencia del consumo,
sin antecedentes en la revisión de la literatura y que se mantuvo en los años
siguientes según fue corroborado por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del
INE de 2011(31). Tabla 4 y gráficas 7 y 8.
El descenso de
la prevalencia de fumadores diarios no ha sido de la misma magnitud en todos
los grupos etarios. El mayor descenso se observó en el grupo de 15 a 24 años
(44.1%), y dentro de este grupo la mayor disminución se registró en las mujeres
(52.8% o 17.2 puntos porcentuales). Gráficas 2 y 3. Este resultado es muy
importante ya que este grupo etario es la población en la que se reproduce la
epidemia y por lo tanto uno de los principales objetivos de la industria
tabacalera.
De acuerdo a
los datos obtenidos en la encuesta GATS, los patrones actuales de consumo
muestran que el 88.8% de los fumadores diarios comenzaron a fumar antes de los
20 años(9), como ya se conocía desde décadas anteriores. Cuanto más precoz es
el inicio del consumo, mayor es la probabilidad de adquirir la adicción,
aumenta el tiempo de consumo y el riesgo de enfermedades tabacodependientes.
Por estos motivos, al decidir las políticas nacionales de control de tabaco,
una de las líneas de acción estuvo dirigida hacia la población más joven, lo cual
se reflejó en los resultados mencionados.
La
distribución de la prevalencia por grupos de edad ha variado y el cambio
observado sugiere que la epidemia se ha desplazado a las franjas etarias
mayores. Una posible interpretación es que la población más añosa tiene un
período más extenso de consumo, que asociado a otros factores como el nivel de
adicción, hacen difícil lograr la motivación necesaria para dejar de fumar.
En Uruguay
globalmente continúan fumando más los hombres que las mujeres. El descenso de
consumo en el sexo masculino fue ligeramente superior que en las mujeres 10.8
puntos porcentuales frente a 9.3, aunque en términos relativos, esto significó
una disminución algo mayor entre las mujeres. Especialmente importante fue el
descenso en la prevalencia observada entre las mujeres de 15 a 24 años (52.8%).
En las
últimas décadas el consumo femenino ha venido aumentando a nivel mundial. De
acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (GYTS) en la población
de 13 a 15 años, en 2006 el consumo femenino en Uruguay había superado al
masculino (24% contra 19%)(31). Será necesario evaluar los resultados de la
encuesta GYTS 2011, para verificar si el impacto de las medidas en la población
menor a 15 años fue similar al de la población de 15 a 24 años mostrados por la
encuesta GATS-2009.
Al analizar
la prevalencia por nivel educativo, se observó que el mayor descenso se produjo
en quienes tenían un nivel educativo más alto (secundaria completa o terciaria:
45.0% y 43.9% respectivamente). Este comportamiento se observó tanto en hombres
como en mujeres.
Las personas
con educación secundaria incompleta o menos, tuvieron los mayores porcentajes
de prevalencia y registraron la menor disminución de fumadores diarios. Tabla
3. Una interpretación de estos resultados podría ser que las personas con menor
nivel educativo integran mayoritariamente los sectores socioeconómicos más
deprimidos, a la vez que presentan mayores dificultades de acceso e
interpretación de la información, entre otras variables. Será un desafío la
planificación de intervenciones efectivas para lograr cambios hacia estilos de
vida más saludables en este sector de la población.
CONCLUSIONES
La aplicación
simultánea del conjunto de medidas establecidas en el Convenio Marco de la OMS
para el Control del Tabaco constituye una estrategia efectiva para disminuir la
prevalencia de consumo de tabaco en un corto período de tiempo.
Es necesario contar
con la voluntad política, el trabajo interinstitucional con representantes de
instituciones gubernamentales y de la sociedad civil y el consenso de los
diferentes actores en la planificación e implementación de las medidas de
control de tabaco, para lograr un mayor impacto como el obtenido en nuestro
país.
La experiencia
del control del tabaco en Uruguay aporta importantes elementos para la toma de
decisiones a nivel de políticas de salud pública, para elaborar estrategias en
la implementación de un Plan Nacional de Control del Tabaco, o de otros planes
dirigidos a cambios de estilo de vida, que podrán ser considerados como modelo
por el nuestro u otros países.
La aparición del llamado “cigarrillo electrónico”, no es más que otro esfuerzo de las tabacaleras por asegurar la adicción a la nicotina. Estos cigarrillos contienen mucho más nicotina que los comunes. Al respecto una publicación de la Organización Mundial de la salud, advierte de los riesgos que se corre con este moderno ingenio. Nos permitimos subrayar ciertos aspectos que consideramos importantes.
Sistemas
electrónicos de administración de nicotina (S.E.A.N.)
Informe de la OMS
DEFINICIÓN:
Los SEAN,
entre los cuales los cigarrillos electrónicos son el prototipo más común,
liberan un aerosol mediante el calentamiento de una solución que los
consumidores inhalan. Los principales
ingredientes
de la solución, además de la nicotina en los casos en que está presente, son el
propilenglicol, con o sin glicerol y aromatizantes
RIESGO SANITARIO DEL USO DE LOS CIGARRILLOS
ELECTRÓNICOS
Los riesgos
sanitarios derivados de la inhalación de nicotina se ven afectados por diversos
factores
a) La
capacidad de los SEAN para administrar nicotina al usuario varía ampliamente,
desde niveles muy bajos, a niveles
similares a los de los cigarrillos, en función de las características del producto, el tipo de calada del usuario y
la concentración de la solución con nicotina.
b) La
nicotina es el componente adictivo del tabaco. Puede tener efectos adversos
durante el embarazo y aumentar el riesgo
de cardiopatías. Si bien la nicotina no es carcinógena en sí misma, puede
funcionar como “promotor tumoral”.
Al parecer,
la nicotina participa en aspectos fundamentales de la biología de enfermedades
malignas y neurodegenerativas
c)Las
pruebas científicas son suficientes para advertir a los niños y
los
adolescentes, las embarazadas y las mujeres en edad fecunda, acerca de las
posibles consecuencias a largo plazo que el uso de SEAN podría conllevar para
el desarrollo cerebral, debido
a la
exposición del feto y los adolescentes a la nicotina
El principal
riesgo sanitario de la exposición a la nicotina,
Además de su
inhalación, es la sobredosis de nicotina por ingestión o contacto cutáneo.
Dado que la
mayoría de los países no vigilan esos incidentes, la información es muy
escasa. No obstante, informes de los Estados Unidos y el Reino Unido indican
que el número de incidentes notificados de intoxicación por nicotina ha
aumentado sustancialmente, a la par del incremento del uso de SEAN. El
número real de casos es probablemente mucho mayor que el notificado.[Fuente: OMS]
Finalmente,
presentamos consejos útiles sobre cómo
dejar de fumar. Se trata de un servicio brindado por la Biblioteca Nacional
de Medicina de EE.UU., basado en un documento de los Institutos Nacionales de
Salud (NIH).
Tabaquismo: consejos sobre
cómo dejar de fumar
Hay muchas
maneras de dejar de fumar y recursos para ayudarle. Los miembros de la
familia, los amigos y los compañeros de trabajo pueden servir de apoyo, pero
para tener éxito, usted tiene que tener el deseo de dejar de fumar.
La mayoría
de las personas que han sido capaces de dejar de fumar exitosamente hicieron al
menos un intento infructuoso en el pasado. Trate de no ver los intentos pasados
por dejar de fumar como fracasos, sino más bien como experiencias de
aprendizaje.
Dejar de
fumar o dejar de usar el tabaco que no se fuma es difícil, pero cualquiera
puede hacerlo.
Conozca los
síntomas que se deben esperar cuando usted deja de consumir tabaco. Los síntomas comunes abarcan:
- Un intenso deseo de nicotina.
- Ansiedad, tensión, inquietud, frustración o impaciencia.
- Dificultad para concentrarse.
- Somnolencia o problemas para dormir.
- Dolores de cabeza.
- Incremento del apetito y aumento de peso.
- Irritabilidad o depresión.
La gravedad
de los síntomas depende de por cuánto tiempo usted fumó. La cantidad de
cigarrillos que fumaba al día también juega un papel.
¿SE SIENTE LISTO PARA DEJAR DE
FUMAR?
Primero fije
la fecha para comenzar y deje de fumar por completo ese día. Antes de esa
fecha, usted puede comenzar a reducir el consumo de cigarrillo, pero recuerde
que no existe un nivel seguro de consumo de tabaco.
Haga una
lista de las razones por las cuales usted quiere dejar el tabaco. Incluya los
beneficios tanto a corto como a largo plazo.
Identifique
los momentos en que tiene mayor probabilidad de fumar. Por ejemplo, ¿Tiende a
fumar cuando está estresado? ¿Cuando sale en las noches con amigos? ¿Cuando
está tomando café o alcohol? ¿Cuando está aburrido? ¿Cuando está conduciendo?
¿Inmediatamente después de una comida o de tener relaciones sexuales? ¿Durante
un descanso en el trabajo? ¿Mientras está viendo televisión o jugando cartas?
¿Cuando está con otros fumadores?
Comunique a
todos sus amigos, familia y compañeros de trabajo su plan para dejar de fumar y
la fecha para empezar. Puede ayudar el hecho de que ellos sepan por lo que
usted va a pasar, sobre todo cuando usted esté malhumorado.
Deshágase de
todos los cigarrillos justo antes de la fecha en la que va a dejar de fumar y
limpie todo lo que tenga olor a humo, como prendas de vestir y muebles.
HAGA UN PLAN
Haga un plan
de lo que va a hacer en lugar de fumar en esos momentos en que hay mayor
probabilidad de hacerlo.
Sea lo más
específico posible. Por ejemplo, tome té en lugar de café, ya que es posible
que el té no desencadene el deseo por un cigarrillo, o dé un paseo cuando
se sienta estresado.
Retire los
ceniceros y cigarrillos del automóvil y en su lugar coloque galletas o confites
duros. Finja que fuma utilizando una paja en la boca.
Encuentre
actividades que le ocupen las manos y la mente, pero que no sean
agotadoras ni engordadoras. Los juegos de computadora, solitario, tejer, coser
y hacer crucigramas pueden ayudar.
Si usted
normalmente fuma después de comer, encuentre otras formas de finalizar una
comida. Coloque un cassette o un CD, coma un pedazo de fruta, levántese y haga
una llamada o dé un paseo caminando (una buena distracción que también quema
calorías).
CAMBIE SU ESTILO DE VIDA
Haga otros cambios en su estilo de
vida. Cambie su
horario y hábitos diarios. Coma a horas diferentes o consuma varias comidas
pequeñas en lugar de tres grandes. Siéntese en una silla diferente o incluso en
un cuarto diferente.
Satisfaga
sus hábitos orales en formas diferentes. Coma apio u otro refrigerio bajo en
calorías. Mastique goma de mascar sin azúcar o chupe una rama de canela.
Vaya a
lugares públicos y restaurantes donde fumar esté prohibido o restringido.
Consuma las
comidas regulares y no coma demasiadas golosinas ni alimentos dulces.
Haga más
ejercicio. Camine o monte en bicicleta. El ejercicio le ayuda a aliviar las
ganas de fumar.
ESTABLEZCA ALGUNAS METAS
Establezca
metas para dejar de fumar a corto plazo y recompénsese cuando las logre. Todos
los días, ponga en un frasco el dinero que normalmente gasta en cigarrillos.
Luego compre algo que le guste.
Trate de no
pensar en todos los días por delante en los que necesitará abstenerse de fumar.
Tome las cosas un día a la vez.
Incluso una
fumada o un cigarrillo harán que el deseo por más cigarrillos sea más fuerte.
Sin embargo, es normal cometer errores. Aunque fume un cigarrillo, no necesita
fumar el próximo.
OTROS CONSEJOS
Vincúlese a
un programa para dejar de
fumar. Los
hospitales, secretarías de salud, centros comunitarios y lugares de trabajo
frecuentemente ofrecen programas. Aprenda autohipnosis u otras técnicas.
Pregúntele
al médico sobre medicamentos que le
pueden ayudar a dejar la nicotina y el tabaco y evitar que recaiga.
El sitio en
la red de la Sociedad Estadounidense de Oncología (American Cancer Society)
www.cancer.org es un excelente recurso para fumadores que están intentando
dejar de fumar y el Great American Smokeout también puede ayudar a
algunos fumadores a dejar el hábito.
Ante todo,
no se desanime en caso de no ser capaz de dejar de fumar la primera vez. La
adicción a la nicotina es un hábito difícil de romper. Intente algo diferente
la próxima vez. Desarrolle nuevas estrategias e inténtelo de nuevo. Muchas
personas lo intentan varias veces hasta que finalmente dejan el hábito.
Nombres alternativos
Consejos
para dejar de fumar cigarrillo; Consejos para dejar de fumar; Consejos para
dejar el tabaco que no se fuma
Referencias
George TP. Nicotine and tobacco. In:
Goldman L, Schafer AI, eds. Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa:
Saunders Elsevier; 2011:chap 31.
Hays JT, Ebbert JO, Sood A. Treating
tobacco dependence in light of the 2008 U.S. Department of Health and Human
Services clinical practice guideline. Mayo Clin Proc. 2009;84:730-735.
Stead LF, Perera R, Bullen C, Mant
D, Hartmann-Boyce J, Cahill K, Lancaster T. Nicotine replacement therapy for
smoking cessation. Cochrane Database Syst Rev. 2012;11:CD000146. DOI:
10.1002/14651858.CD000146.pub4.
U.S. Preventive Services Task Force.
Counseling and interventions to prevent tobacco use and tobacco-caused disease
in adults and pregnant women. U.S. Preventive Services Task Force reaffirmation
recommendation statement. Ann Intern Med. 2009;150:551-555.
Actualizado:
8/29/2013
Versión en inglés revisada por:
Linda J. Vorvick, MD, Medical Director and Director of Didactic Curriculum,
MEDEX Northwest Division of Physician Assistant Studies, Department of Family
Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington. Also
reviewed by David Zieve, MD, MHA, Bethanne Black, and the A.D.A.M. Editorial
team.
Traducción y
localización realizada por: DrTango, Inc.
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