Saturday, September 13, 2014

LA ALTERNATIVA ES CLARA: TABACO O SALUD

EDITORIAL

Abordamos de manera especial el tema del tabaquismo.

Se trata de un grave problema de salud en toda América Latina.


Los jóvenes de 15 años y aún menores de esa edad, se hacen adictos a la nicotina, fáciles presas de la publicidad de las compañías tabacaleras, de la presión de sus pares, del mal ejemplo en sus hogares –padres fumadores—y de la carencia de programas eficientes que combatan este vicio.


En América Latina sigue siendo prevalente la adicción al tabaco en los hombres, siendo porcentualmente algo menor en las mujeres. No obstante esta es una tendencia que podría llegar a revertirse en próximos años, en tanto que la mujer con escasa educación es más proclive a hacerse adicta al tabaco.


Consecuentes con esta realidad, dedicamos especialmente este número al tema del tabaquismo, la realidad en cifras, sus nefastas consecuencias, y los consejos útiles para dejar de fumar.
Este es el extracto de un estudio realizado por expertos pertenecientes a la Organización Panamericana de la Salud, que da cuenta del panorama general que presenta América Latina, haciendo la salvedad de que este estudio es anterior a la experiencia uruguaya. Nos hemos permitido subrayar ciertos párrafos cuyo contenido consideramos relevante.


El consumo de sustancias adictivas en las Américas

Autores: Peruga,  A. -  Rincón, A. – Selin, H.

Organización Panamericana de la Salud
Enviar correspondencia:
Armando Peruga. Asesor Regional de Tabaco, Alcohol y Drogas. Programa de Salud Mental. 525 23rd St. NW Rm 822. Washington DC 20037 (EEUU)

Algunas sustancias adictivas en las Américas se
han producido y consumido desde tiempos
inmemoriales. La hoja del tabaco y la de coca
son clásicos ejemplos de ello. Sin embargo, hasta
épocas recientes su consumo nunca tuvo repercusio-
nes de salud pública especialmente serias. Hoy en
día, el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas
está ligado a cerca de una cuarta parte de las defun-
ciones anuales que se producen en esta región del
mundo. En las líneas que siguen se pretende estable-
cer un panorama del consumo de dichas sustancias y
sus consecuencias para la salud de los americanos,
sean estos del norte, centro o del sur de este conti-
nente.

RESUMEN

El consumo de tabaco, alcohol y otras drogas está ligado a
cerca de una cuarta parte de las defunciones anuales que se
producen en las Américas. En el Cono Sur de América Latina, a
los 15 años de edad ya fuma cerca del 40% de los jóvenes y la
gran mayoría respira en casa el aire contaminado por el humo
de tabaco de los demás.

En América Latina cada persona con-
sume en promedio 6 kilos de alcohol puro por año, lo que cons-
tituye la cifra más alta del mundo menos desarrollado. Aunque
los datos sobre el consumo de drogas ilegales no son abundan-
tes sabemos que la marihuana es la droga que mayor propor-
ción de la población consume. Se estima que 45 millones de
ciudadanos de las Américas la consumen. Si bien la carga de
enfermedad que genera el consumo de drogas ilegales no llega
a la magnitud de la ocasionada por las drogas legales, las con-
secuencias sociales son mucho mayores.

Las respuestas de los países de las Américas al consumo
de sustancias adictivas han sido insuficientes. Los principales
desafíos para el control del tabaquismo y del uso de alcohol en
las Américas son dos: disminuir la asequibilidad de los produc-
tos y evitar la exposición de la población a las prácticas comer-
ciales de promoción de los productos de las industrias
tabacalera y alcoholera. Además, en el caso del tabaco, hay que
proteger a los no fumadores del humo de los demás.

En el caso de las sustancias ilegales, los resultados hasta
ahora de un enfoque orientado al control de la oferta han sido
limitados. El desafío es hacer hincapié en el control de la
demanda, mediante intervenciones de prevención, desintoxica-
ción, tratamiento y rehabilitación, así como de reducción de                          
daño.

Algunas sustancias adictivas en las Américas se
han producido y consumido desde tiempos
inmemoriales. La hoja del tabaco y la de coca
son clásicos ejemplos de ello. Sin embargo, hasta
épocas recientes su consumo nunca tuvo repercusio-
nes de salud pública especialmente serias.

Hoy en día, el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas
está ligado a cerca de una cuarta parte de las defun-
ciones anuales que se producen en esta región del
mundo. En las líneas que siguen se pretende estable-
cer un panorama del consumo de dichas sustancias y
sus consecuencias para la salud de los americanos,
sean estos del norte, centro o del sur de este conti-
nente

TABACO

Mortalidad atribuible al consumo de tabaco

El consumo de tabaco es la principal causa de
muerte evitable en las Américas y en el mundo. Más
de un millón de personas mueren por consumir taba-
co cada año en las Américas, de los cuales 46% son
mujeres. El Cuadro 1 muestra la mortalidad promedio
anual atribuible al tabaquismo en esta región corres-
pondiente al primer lustro de la década de los 90, perí-
odo para el que existe la información de mortalidad                                                   
más completa y actualizada para el conjunto de la
región como para hacer una estimación confiable. La
mitad de este millón de defunciones ocurre en Améri-
ca Latina. Las defunciones atribuibles al tabaquismo
del Cono Sur representan un cuarto de todas las
muertes estimadas de esta subregión, seguida de
Norteamérica (23,5%) y Brasil (18,8%). Comparado
con un estudio anterior la proporción de muertes cau-
sadas por el consumo del tabaco ha aumentado sus-
tancialmente, si bien las cifras no son totalmente
comparables debido a ligeras diferencias en la meto-
dología utilizada.

La Prevalencia del Tabaquismo

Las tasas de tabaquismo varían mucho en la
Región de las Américas, registrándose las más altas
en los países del Cono Sur, en particular Chile y
Argentina [alrededor de 45% de los hombres y 35%
de las mujeres] y las más bajas en algunos países del
Caribe.

Los datos de tendencia existentes indican
que Canadá y Estados Unidos han mostrado reduccio-
nes importantes y sostenidas de la prevalencia de
tabaquismo.

La prevalencia de tabaquismo de la
mayoría de los demás países de las Américas han per-
manecido relativamente estables con algunas excep-
ciones.


La adicción al tabaco empieza generalmente en la
adolescencia. En la mayoría de los países de las Amé-
ricas, más del 70% de los fumadores comenzaron a
fumar antes de los 18 años. De hecho una proporción
importante de jóvenes fuma antes de cumplir los 18
años.

Recientemente un encuesta mundial ha permiti-
do comparar por primera vez en América Latina y el
Caribe, las actitudes, el conocimiento y el comporta-
miento de los jóvenes en lo referente al uso del taba-
co. Es también la primera vez que datos comparables
a nivel mundial y útiles para la toma de decisión en
políticas estarán disponibles sobre el mercado clave
de la industria tabacalera: los nuevos consumidores,
casi exclusivamente jóvenes, que reemplazarán a los
fumadores que mueren o dejan de fumar, para mante-
ner o aun aumentar las ganancias de la empresa taba-
calera.

Al final del 2000, un total de 111 países y
territorios del mundo tenían resultados disponibles o
estaban aplicando la encuesta, entre estos 13 países
latinoamericanos y 18 países del Caribe de habla inglesa.

El Cuadro 2 presenta los datos de las Américas
disponibles de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en
Jóvenes. Entre el 15 y el 30% de los jóvenes de 13 a
15 años de la mayoría de los países de América Latina
consumían tabaco en el momento de la encuesta. Al
igual que en los adultos, las prevalencias más altas se
observan en el Cono Sur. En el Caribe las cifras son
más bajas, variando entre el 13 y 21%.

La mayoría de los jóvenes que comienzan a fumar se convertirán en
fumadores empedernidos a pesar de querer dejar de
fumar. En muchos países, más de dos tercios de los
adolescentes fumadores intentaron dejar de fumar
infructuosamente, debido a la adicción a la nicotina.

Desafíos para la prevención de los problemas rela-
cionados con el consumo del tabaco

Los principales desafíos para el control del taba-
quismo en las Américas son tres: disminuir la asequi-
bilidad de los productos tabacaleros, evitar la
exposición de la población a las prácticas comerciales
de promoción de los productos de la industria tabaca-
lera y proteger a los no fumadores de del humo de los
demás.

En algunos países como Argentina y Chile,
entre el 60 y el 70% de los jóvenes entre 13 y 15%
respiran a diario en su casa el humo de los fumado-
res. Estas cifras alcanzan valores de cerca del 90%
cuando se mide la exposición en cualquier ámbito de
la vida diaria de estos jóvenes.

Sólo tres países de las Américas tienen restriccio-
nes amplias de la publicidad y patrocinio de los pro-
ductos tabacaleros: Canadá, Cuba y Brasil.[este estudio
es anterior a la experiencia uruguaya] Como dato
de ilustrativo de la agresividad del marketing de los
productos tabacaleros, se sabe que entre un 10 y
15% de los jóvenes latinoamericanos de 13 a 15 años
de edad han recibido ofertas directas de cigarrillos gra-
tis por personas que trabajan para la industria tabaca-
lera, a pesar de que formalmente la propia industria

dice no perseguir el mercado que representa los jóve-
nes de estas edades.

Finalmente, la asequibilidad de los productos tabá-
quicos es otra gran preocupación. Mientras que los
países más desarrollados los productos alimenticios
son mas asequibles que el tabaco, en los países
menos desarrollados, incluidos todos los de América
Latina, ocurre lo contrario. Como ejemplo comparativo
se cita los precios de Marlboro y el Big Mac. Mientras        que en Estados Unidos, Canadá o Suecia, el paquete
de Marlboro es 2 y 3 veces más caro que un Big Mac,
En la gran mayoría de los países de América Latina es
el Big Mac es que es dos y tres veces más caro que
el Marlboro.
[Fuente: OMS/OPS]



Este es un documento muy importante. Se trata del elaborado por médicos uruguayos, que les mereciera obtener el Gran Premio Nacional de Medicina, otorgado por la Academia Nacional de Medicina de ese país.  Este estudio da cuenta de la aplicación y resultados obtenidos derivados de una política antitabáquica desarrollada por el gobierno del Uruguay.
Agradecemos en especial a la Dra. Elba Estéves Di Carlo, --una de las co-autoras-- la gentileza de habernos hecho llegar este documento. 



 ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA
GRAN PREMIO NACIONAL DE MEDICINA

IMPACTO DE LAS POLÍTICAS DE CONTROL DE TABACO EN EL URUGUAY. 2006 - 2009 PROGRAMA NACIONAL DE CONTROL DEL TABACO
 
Autores
 
Dr. Winston Abascal. Doctor en Medicina. Director del Programa Nacional para Control del Tabaco. Ministerio de Salud Pública. Uruguay.
Dra. Elba Esteves. Doctor en Medicina. Programa de Tratamiento de Tabaquismo del FNR. Fondo Nacional de Recursos. Uruguay.
Dra. Beatriz Goja. Doctor en Medicina. Profesora Agregada de Clínica Médica, Facultad de Medicina. Universidad de la República. Uruguay.
Lic. Soc. Franco González. Licenciado en Sociología. Asistente. Departamento de Medicina Preventiva y Social, Facultad de Medicina. Universidad de la República. Uruguay.
Dra. Ana Lorenzo. Doctor en Medicina. Asesor Técnico del Programa Nacional para Control del Tabaco, Ministerio de Salud Pública. Uruguay.
Ps. Soc. Amanda Sica. Psicóloga Social. Asesor Técnico y Coodinador Docente del Área de Capacitación Técnico Profesional, Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer. Uruguay

Resumen La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el consumo de tabaco como una de las principales causas prevenibles de muerte prematura y enfermedad. Por lo tanto, el consumo de tabaco representa un grave problema de salud pública. Como consecuencia las políticas de control de tabaco adquieren una dimensión que las transforman en una política de estado dado el impacto sobre la salud de toda la población. En Uruguay a partir de 2005 se implementó un paquete de medidas para el control del tabaco. Se evaluó el cambio en la prevalencia del consumo de tabaco entre los años 2006 y 2009, a través de encuestas comparables. Se analizaron los resultados globales y por grupos. Se encontró una importante disminución del 29.9% en la prevalencia. El descenso analizado según sexo, edad y nivel educativo no fue uniforme. Los resultados sugieren que la aplicación simultánea del conjunto de medidas establecidas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco constituyen una estrategia efectiva para disminuir la prevalencia de consumo de tabaco en un corto período de tiempo.


Las políticas de salud pública, en conjunto con medidas económicas y de desarrollo social, tienen un enorme potencial en lo que se refiere a garantizar la salud de la población(1). La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el consumo de tabaco como una de las principales causas prevenibles de muerte prematura y enfermedad. La epidemia mundial de tabaquismo mata a cerca de 6 millones de personas cada año, de las cuales más de 600.000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno(2). A menos que se implementen políticas efectivas para su control, el tabaco matará cerca de 8 millones de personas en 2030, de las cuales más del 80% vivirá en países de bajos y medianos ingresos(2). 


Con el objetivo de disminuir la carga global de enfermedad y muerte y proteger a las generaciones presentes y futuras de las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo de segunda mano, la OMS promovió el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT)(3), alentando a los países a adherir a sus principios y poner en práctica las medidas incluidas en el mismo. El CMCT incluye las medidas que han demostrado ser probadamente efectivas en el control de esta epidemia. 


En Uruguay se estima que mueren más de 5.000 personas cada año por esta causa, fundamentalmente debido a enfermedades cardiovasculares y cáncer, más de 600 muertes se producen en no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno(4). Dado que el consumo de tabaco se encuentra asociado con las dos principales causas de muerte en Uruguay, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer(5), su control constituye una medida de salud pública de fundamental importancia. El consumo de tabaco representa un grave problema de salud pública que afecta los diferentes grupos etarios y los distintos sectores socioeconómicos y culturales de la población. Como consecuencia la política de control de tabaco adquiere una dimensión que la transforma en una política de estado dado su impacto sobre la salud de toda la población. 


A partir del año 2000 en Uruguay las organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, comenzaron a trabajar en forma coordinada por la ratificación y posterior implementación del CMCT. Uruguay ratificó el CMCT de la OMS en setiembre de 2004(6) y comenzó a implementar las medidas contenidas en el mismo. En el año 2005 se creó el Programa Nacional para Control del Tabaco, como punto focal, en el ámbito del Ministerio de Salud Pública (MSP).

A partir de 2005, de acuerdo a las recomendaciones del CMCT, se implementaron casi simultáneamente diversas medidas, que se encuentran reunidas en la ley integral para el control del tabaco, aprobada en marzo de 2008 (7). De esta forma, Uruguay se ha convertido en uno de los líderes mundiales en el proceso de control del tabaco. (Anexo 1)


  Estudio y medidas
 
Se realizó un estudio comparativo de prevalencia de consumo de tabaco en población de 15 a 64 años entre 2006 y 2009, período en que se implementaron las principales medidas de control de tabaco en el Uruguay.



El 1° de marzo de 2006 se estableció que todo local cerrado de uso público y toda área laboral pública o privada debían ser 100% libres de humo de tabaco. (Anexo 2)

Se aplicó un aumento sistemático de los precios a través de un aumento de los impuestos. (Anexo 3)

Se aumentó el tamaño de las advertencias sanitarias al 50% de ambas caras principales [en las cajillas de cigarrillos – Nota del Editor], se incluyeron pictogramas o imágenes y se prohibieron los términos engañosos que tuvieran el efecto de crear la impresión de que un producto de tabaco es menos nocivo que otro. (Anexo 4)

Se prohibió todo tipo de publicidad, promoción y patrocinio, salvo la publicidad en el interior de los puntos de venta bajo ciertas condiciones reglamentarias.

Se estableció la inclusión del diagnóstico y tratamiento de la dependencia al tabaco en todos los servicios de salud del país en el Primer Nivel de Atención, con obligatoriedad de poner en práctica las recomendaciones establecidas en la Guía Nacional para el Abordaje del Tabaquismo. (Anexo 5)



DISCUSIÓN



El consumo de tabaco es un fenómeno multicausal y tiene consecuencias en el plano sanitario, económico y social. Por lo tanto, la respuesta desde las políticas públicas, tal como lo establece el CMCT(3) debe abarcar un conjunto de medidas que involucren las distintas áreas.



Durante más de una década en Uruguay, la prevalencia del consumo de tabaco se mantuvo casi constante, de acuerdo a las cuatro ENHSCD realizadas entre 1994 y 2006 por la Junta Nacional de Drogas(8,10-12) y a la 1ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas No Trasmisibles de 2006 (STEPS)(13).



A partir de 2005 Uruguay puso en práctica una fuerte política de control del tabaco que se tradujo en un paquete integral de medidas. El eje central fue la implementación de los ambientes libres de humo de tabaco, medida que determina un cambio en la visión que la sociedad tiene del tabaquismo, ya que desnormaliza la conducta de fumar. Además desestimula el inicio del consumo, disminuye su magnitud y estimula los intentos de cesación. Fue clave en este proceso, el trabajo conjunto de instituciones gubernamentales y no gubernamentales, coordinando sus actividades en permanente diálogo con los distintos actores de la comunidad  Este proceso estuvo apoyado por campañas informativas antes, durante y después de la entrada en vigencia de la norma.



A esta normativa se sumó la implementación de otras medidas como las advertencias sanitarias, la prohibición amplia de la publicidad, promoción y patrocinio, el aumento de precios a través del aumento de impuestos y la incorporación del tratamiento gratuito de la dependencia al tabaco, que además de tener su propio impacto aportaron al contexto que condujo al cambio en la percepción social del consumo de tabaco y del riesgo de esta conducta.



Diversos autores(14-19) analizaron el impacto sobre los índices de consumo, que cada medida de control de tabaco tiene cuando se aplica aisladamente.



La medida aislada más eficaz para disminuir la prevalencia, desestimular el inicio en los jóvenes y reducir el consumo de tabaco particularmente en la población carenciada es el aumento de precios. Un 10% de incremento en el precio del tabaco disminuye un 4% la prevalencia de consumo en los países de altos ingresos y más del 8% en los de medios y bajos ingresos(14,15).



La prohibición de fumar en todos los lugares públicos cerrados, además de proteger de la exposición al humo de segunda mano, promueve la cesación del consumo en los fumadores y estimula a la población a transformar sus hogares en ambientes libres de humo(15). Se ha estimado que esta medida logró una disminución de 4 a 10% en el consumo de tabaco en Estados Unidos(14). Además del impacto en la población adulta, se ha comprobado que reduce entre un 33 y un 86% la transición del consumo experimental a consumo diario en jóvenes(18).



Hay evidencia que un aumento significativo en los precios de los productos del tabaco y la prohibición de fumar en los ambientes públicos cerrados, son los pilares en la reducción de las tasas de consumo de tabaco(18).



La prohibición amplia de la publicidad, promoción y patrocinio de productos de tabaco puede disminuir el consumo alrededor del 7% independientemente de otras intervenciones; en algunos países llegó a más del 16%(15). Estudios realizados en diversos países mostraron que los mayores descensos del consumo se dieron en los que tenían prohibiciones amplias de la publicidad con respecto a aquellos con prohibiciones parciales (14).



Diversas investigaciones realizadas en Canadá, Australia, Brasil y otros países, demuestran que las advertencias sanitarias que ocupan al menos 50% de la superficie de la cajilla, y con información específica sobre hechos de fuerte impacto, llevan a que 25 a 38% de los fumadores realicen un intento de abandono o reduzcan el consumo y previene el inicio en los jóvenes(14,15). En Uruguay el 44.6% de los fumadores pensaron en dejar de fumar debido a las advertencias sanitarias en las cajillas de cigarrillos(9).



Los programas de tratamiento de tabaquismo son más efectivos como parte de un programa integral de control del tabaco y pueden aumentar los intentos de cesación entre un 5 y un 25% dependiendo de la amplitud de la financiación(15). En Uruguay, el acceso a los servicios de cesación y a la medicación fue universal y gratuito en el período estudiado.



Las campañas de medios masivos de comunicación son más efectivas si se acompañan simultáneamente de un aumento de precios y ambientes libres de humo de tabaco.

Por otro lado, su efectividad es mayor cuando el conocimiento de la población sobre los daños que provoca el tabaco es escaso(14,15), son mantenidas en el tiempo y están dirigidas a diferentes grupos sociodemográficos y étnicos(15).

Existen publicaciones que avalan que el conjunto de las medidas aplicadas simultáneamente actúan en forma sinérgica, entre ellas el Informe del Cirujano General de Estados Unidos (2000)(20), el trabajo de Guindon y Boisclair(21) y del Instituto de Medicina de Estados Unidos(22). 


Múltiples estudios, entre los que se encuentra un informe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) del año 2010, han demostrado que la implementación de programas integrales de control del tabaco, tienen mayor impacto en la reducción de la prevalencia del tabaquismo en adultos y jóvenes, en comparación con programas parciales(23-27). La sinergia creada por intervenciones múltiples es capaz de producir mayores reducciones en la prevalencia del consumo de tabaco que cada una de las medidas en forma aislada(15). 


En Massachusetts, la combinación de campañas de medios masivos, aumento de impuestos y otras medidas asociadas, lograron una disminución de la prevalencia en adultos de 1.8% anual entre 1989 y 1999(28). El Estudio Americano de Intervención para Dejar de Fuma (ASSIST) de Estados Unidos realizado entre 1993 y 1999, en 17 estados, mostró una disminución en la prevalencia de tabaquismo en adultos de 2.1% anual(29). Australia, con una fuerte política de control de tabaco logró una disminución de prevalencia de consumo en adultos de 1.3% anual entre 2001 y 2007(30). 


Si bien otros países en el mundo con fuertes políticas de control del tabaco han logrado un descenso sustancial de la prevalencia, esto se dio en un lapso sensiblemente mayor al transcurrido en Uruguay. La comparación entre la encuesta ENHSCD-2006 y la encuesta GATS-2009 permitió demostrar el importante impacto en Uruguay de la implementación casi simultánea del conjunto de las medidas adoptadas, sobre la prevalencia de fumadores en el período estudiado. 


Encuestas previas de cobertura nacional realizadas con anterioridad al periodo de estudio mostraban una prevalencia de fumadores diarios que se mantuvo estable entre los años 2001 y 2006(8,12). La medición en el año 2009 mostró que la prevalencia de fumadores diarios en la población de 15 a 64 años descendió del 33.5% en 2006 al 23.5% en 2009, lo que significó un descenso de 29.9% o 10 puntos porcentuales, en 3 años. Esta disminución evidenció un impacto rápido y de gran magnitud de las políticas de control de tabaco, en la prevalencia del consumo, sin antecedentes en la revisión de la literatura y que se mantuvo en los años siguientes según fue corroborado por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del INE de 2011(31). Tabla 4 y gráficas 7 y 8.


El descenso de la prevalencia de fumadores diarios no ha sido de la misma magnitud en todos los grupos etarios. El mayor descenso se observó en el grupo de 15 a 24 años (44.1%), y dentro de este grupo la mayor disminución se registró en las mujeres (52.8% o 17.2 puntos porcentuales). Gráficas 2 y 3. Este resultado es muy importante ya que este grupo etario es la población en la que se reproduce la epidemia y por lo tanto uno de los principales objetivos de la industria tabacalera.



De acuerdo a los datos obtenidos en la encuesta GATS, los patrones actuales de consumo muestran que el 88.8% de los fumadores diarios comenzaron a fumar antes de los 20 años(9), como ya se conocía desde décadas anteriores. Cuanto más precoz es el inicio del consumo, mayor es la probabilidad de adquirir la adicción, aumenta el tiempo de consumo y el riesgo de enfermedades tabacodependientes. Por estos motivos, al decidir las políticas nacionales de control de tabaco, una de las líneas de acción estuvo dirigida hacia la población más joven, lo cual se reflejó en los resultados mencionados.



La distribución de la prevalencia por grupos de edad ha variado y el cambio observado sugiere que la epidemia se ha desplazado a las franjas etarias mayores. Una posible interpretación es que la población más añosa tiene un período más extenso de consumo, que asociado a otros factores como el nivel de adicción, hacen difícil lograr la motivación necesaria para dejar de fumar.



En Uruguay globalmente continúan fumando más los hombres que las mujeres. El descenso de consumo en el sexo masculino fue ligeramente superior que en las mujeres 10.8 puntos porcentuales frente a 9.3, aunque en términos relativos, esto significó una disminución algo mayor entre las mujeres. Especialmente importante fue el descenso en la prevalencia observada entre las mujeres de 15 a 24 años (52.8%).



En las últimas décadas el consumo femenino ha venido aumentando a nivel mundial. De acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (GYTS) en la población de 13 a 15 años, en 2006 el consumo femenino en Uruguay había superado al masculino (24% contra 19%)(31). Será necesario evaluar los resultados de la encuesta GYTS 2011, para verificar si el impacto de las medidas en la población menor a 15 años fue similar al de la población de 15 a 24 años mostrados por la encuesta GATS-2009.



Al analizar la prevalencia por nivel educativo, se observó que el mayor descenso se produjo en quienes tenían un nivel educativo más alto (secundaria completa o terciaria: 45.0% y 43.9% respectivamente). Este comportamiento se observó tanto en hombres como en mujeres.



Las personas con educación secundaria incompleta o menos, tuvieron los mayores porcentajes de prevalencia y registraron la menor disminución de fumadores diarios. Tabla 3. Una interpretación de estos resultados podría ser que las personas con menor nivel educativo integran mayoritariamente los sectores socioeconómicos más deprimidos, a la vez que presentan mayores dificultades de acceso e interpretación de la información, entre otras variables. Será un desafío la planificación de intervenciones efectivas para lograr cambios hacia estilos de vida más saludables en este sector de la población.



CONCLUSIONES



La aplicación simultánea del conjunto de medidas establecidas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco constituye una estrategia efectiva para disminuir la prevalencia de consumo de tabaco en un corto período de tiempo.

Es necesario contar con la voluntad política, el trabajo interinstitucional con representantes de instituciones gubernamentales y de la sociedad civil y el consenso de los diferentes actores en la planificación e implementación de las medidas de control de tabaco, para lograr un mayor impacto como el obtenido en nuestro país. 


La experiencia del control del tabaco en Uruguay aporta importantes elementos para la toma de decisiones a nivel de políticas de salud pública, para elaborar estrategias en la implementación de un Plan Nacional de Control del Tabaco, o de otros planes dirigidos a cambios de estilo de vida, que podrán ser considerados como modelo por el nuestro u otros países.







La aparición del llamado “cigarrillo electrónico”, no es más que otro esfuerzo de las tabacaleras por asegurar la adicción a la nicotina. Estos cigarrillos contienen mucho más nicotina que los comunes. Al respecto una publicación de la Organización Mundial de la salud, advierte de los riesgos que se corre con este moderno ingenio. Nos permitimos subrayar ciertos aspectos que consideramos importantes.




Sistemas electrónicos de administración de nicotina (S.E.A.N.)
Informe de la OMS
DEFINICIÓN:

Los SEAN, entre los cuales los cigarrillos electrónicos son el prototipo más común, liberan un aerosol mediante el calentamiento de una solución que los consumidores inhalan. Los principales
ingredientes de la solución, además de la nicotina en los casos en que está presente, son el propilenglicol, con o sin glicerol y aromatizantes

RIESGO SANITARIO DEL USO DE LOS CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS
Los riesgos sanitarios derivados de la inhalación de nicotina se ven afectados por diversos factores

a) La capacidad de los SEAN para administrar nicotina al usuario varía ampliamente, desde  niveles muy bajos, a niveles similares a los de los cigarrillos, en función de las características  del producto, el tipo de calada del usuario y la concentración de la solución con nicotina.

b) La nicotina es el componente adictivo del tabaco. Puede tener efectos adversos durante el  embarazo y aumentar el riesgo de cardiopatías. Si bien la nicotina no es carcinógena en sí misma, puede funcionar como “promotor tumoral”.

Al parecer, la nicotina participa en aspectos fundamentales de la biología de enfermedades malignas y neurodegenerativas

c)Las pruebas científicas son suficientes para advertir a los niños y
los adolescentes, las embarazadas y las mujeres en edad fecunda, acerca de las posibles consecuencias a largo plazo que el uso de SEAN podría conllevar para el desarrollo cerebral, debido
a la exposición del feto y los adolescentes a la nicotina

El principal riesgo sanitario de la exposición a la nicotina,
Además de su inhalación, es la sobredosis de nicotina por ingestión o contacto cutáneo.

Dado que la mayoría de los países no vigilan esos incidentes, la información es muy escasa. No obstante, informes de los Estados Unidos y el Reino Unido indican que el número de incidentes notificados de intoxicación por nicotina ha aumentado sustancialmente, a la par del incremento del uso de SEAN. El número real de casos es probablemente mucho mayor que el notificado.[Fuente: OMS]



Finalmente, presentamos consejos útiles sobre cómo dejar de fumar. Se trata de un servicio brindado por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., basado en un documento de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
 


Tabaquismo: consejos sobre cómo dejar de fumar
Hay muchas maneras de dejar de fumar y recursos para ayudarle. Los miembros de la familia, los amigos y los compañeros de trabajo pueden servir de apoyo, pero para tener éxito, usted tiene que tener el deseo de dejar de fumar.
La mayoría de las personas que han sido capaces de dejar de fumar exitosamente hicieron al menos un intento infructuoso en el pasado. Trate de no ver los intentos pasados por dejar de fumar como fracasos, sino más bien como experiencias de aprendizaje.
Dejar de fumar o dejar de usar el tabaco que no se fuma es difícil, pero cualquiera puede hacerlo.
Conozca los síntomas que se deben esperar cuando usted deja de consumir tabaco. Los síntomas comunes abarcan:
  • Un intenso deseo de nicotina.
  • Ansiedad, tensión, inquietud, frustración o impaciencia.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Somnolencia o problemas para dormir.
  • Dolores de cabeza.
  • Incremento del apetito y aumento de peso.
  • Irritabilidad o depresión.
La gravedad de los síntomas depende de por cuánto tiempo usted fumó. La cantidad de cigarrillos que fumaba al día también juega un papel.

¿SE SIENTE LISTO PARA DEJAR DE FUMAR?
Primero fije la fecha para comenzar y deje de fumar por completo ese día. Antes de esa fecha, usted puede comenzar a reducir el consumo de cigarrillo, pero recuerde que no existe un nivel seguro de consumo de tabaco. 
Haga una lista de las razones por las cuales usted quiere dejar el tabaco. Incluya los beneficios tanto a corto como a largo plazo.
Identifique los momentos en que tiene mayor probabilidad de fumar. Por ejemplo, ¿Tiende a fumar cuando está estresado? ¿Cuando sale en las noches con amigos? ¿Cuando está tomando café o alcohol? ¿Cuando está aburrido? ¿Cuando está conduciendo? ¿Inmediatamente después de una comida o de tener relaciones sexuales? ¿Durante un descanso en el trabajo? ¿Mientras está viendo televisión o jugando cartas? ¿Cuando está con otros fumadores?
Comunique a todos sus amigos, familia y compañeros de trabajo su plan para dejar de fumar y la fecha para empezar. Puede ayudar el hecho de que ellos sepan por lo que usted va a pasar, sobre todo cuando usted esté malhumorado.
Deshágase de todos los cigarrillos justo antes de la fecha en la que va a dejar de fumar y limpie todo lo que tenga olor a humo, como prendas de vestir y muebles.

HAGA UN PLAN
Haga un plan de lo que va a hacer en lugar de fumar en esos momentos en que hay mayor probabilidad de hacerlo.
Sea lo más específico posible. Por ejemplo, tome té en lugar de café, ya que es posible que el té no desencadene el deseo por un cigarrillo, o dé un paseo cuando se sienta estresado.
Retire los ceniceros y cigarrillos del automóvil y en su lugar coloque galletas o confites duros. Finja que fuma utilizando una paja en la boca.
Encuentre actividades que le ocupen las manos y la mente, pero que no sean agotadoras ni engordadoras. Los juegos de computadora, solitario, tejer, coser y hacer crucigramas pueden ayudar.
Si usted normalmente fuma después de comer, encuentre otras formas de finalizar una comida. Coloque un cassette o un CD, coma un pedazo de fruta, levántese y haga una llamada o dé un paseo caminando (una buena distracción que también quema calorías).

CAMBIE SU ESTILO DE VIDA
Haga otros cambios en su estilo de vida. Cambie su horario y hábitos diarios. Coma a horas diferentes o consuma varias comidas pequeñas en lugar de tres grandes. Siéntese en una silla diferente o incluso en un cuarto diferente.
Satisfaga sus hábitos orales en formas diferentes. Coma apio u otro refrigerio bajo en calorías. Mastique goma de mascar sin azúcar o chupe una rama de canela.
Vaya a lugares públicos y restaurantes donde fumar esté prohibido o restringido.
Consuma las comidas regulares y no coma demasiadas golosinas ni alimentos dulces.
Haga más ejercicio. Camine o monte en bicicleta. El ejercicio le ayuda a aliviar las ganas de fumar.

ESTABLEZCA ALGUNAS METAS
Establezca metas para dejar de fumar a corto plazo y recompénsese cuando las logre. Todos los días, ponga en un frasco el dinero que normalmente gasta en cigarrillos. Luego compre algo que le guste.
Trate de no pensar en todos los días por delante en los que necesitará abstenerse de fumar. Tome las cosas un día a la vez.
Incluso una fumada o un cigarrillo harán que el deseo por más cigarrillos sea más fuerte. Sin embargo, es normal cometer errores. Aunque fume un cigarrillo, no necesita fumar el próximo.

OTROS CONSEJOS
Vincúlese a un programa para dejar de fumar. Los hospitales, secretarías de salud, centros comunitarios y lugares de trabajo frecuentemente ofrecen programas. Aprenda autohipnosis u otras técnicas. 
Pregúntele al médico sobre medicamentos que le pueden ayudar a dejar la nicotina y el tabaco y evitar que recaiga.
El sitio en la red de la Sociedad Estadounidense de Oncología (American Cancer Society) www.cancer.org es un excelente recurso para fumadores que están intentando dejar de fumar y el Great American Smokeout también puede ayudar a algunos fumadores a dejar el hábito.
Ante todo, no se desanime en caso de no ser capaz de dejar de fumar la primera vez. La adicción a la nicotina es un hábito difícil de romper. Intente algo diferente la próxima vez. Desarrolle nuevas estrategias e inténtelo de nuevo. Muchas personas lo intentan varias veces hasta que finalmente dejan el hábito.

Nombres alternativos
Consejos para dejar de fumar cigarrillo; Consejos para dejar de fumar; Consejos para dejar el tabaco que no se fuma
Referencias
George TP. Nicotine and tobacco. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011:chap 31.

Hays JT, Ebbert JO, Sood A. Treating tobacco dependence in light of the 2008 U.S. Department of Health and Human Services clinical practice guideline. Mayo Clin Proc. 2009;84:730-735.
Stead LF, Perera R, Bullen C, Mant D, Hartmann-Boyce J, Cahill K, Lancaster T. Nicotine replacement therapy for smoking cessation. Cochrane Database Syst Rev. 2012;11:CD000146. DOI: 10.1002/14651858.CD000146.pub4.
U.S. Preventive Services Task Force. Counseling and interventions to prevent tobacco use and tobacco-caused disease in adults and pregnant women. U.S. Preventive Services Task Force reaffirmation recommendation statement. Ann Intern Med. 2009;150:551-555.
Actualizado: 8/29/2013
Versión en inglés revisada por: Linda J. Vorvick, MD, Medical Director and Director of Didactic Curriculum, MEDEX Northwest Division of Physician Assistant Studies, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Bethanne Black, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

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